miércoles, 1 de octubre de 2008

EXPANSION

En el futuro, Nills Müller no quisiera vivir en un mundo virtual. Él prefiere imaginar sus fines de semana en una casa en un árbol y poder tocar y sentir la naturaleza. Sin embargo, sus pronósticos indican que próximamente, el mundo virtual será parte inseparable de la realidad y la cotidianeidad.
Este joven futurólogo alemán, que se dedica a detectar microtendencias tecnológicas (que van desde un control remoto para fanáticos del deporte hasta un proyector de retina implantado en los ojos), habla del futuro como si fuera el director de una película de ciencia ficción.
Vaticina que habrá interfases de computación donde los chips y las células cerebrales se integrarán y el cerebro podrá conectarse a un servidor. Es la visión del ‘hombre 2.0’, “que utiliza la tecnología para ser mejor”, no de aquel que va a dominar la tecnología.
El mundo vivirá una “explosión informática” y el hombre 2.0 necesitará de la tecnología para sobrevivir y administrar la información generada por los 15,000 millones de personas que habitarán el planeta.
Todo girará alrededor del tiempo real: el intercambio de ideas, los ciclos de innovación, la competencia entre empresas, la mercadotecnia y la comunicación.
“Tendrás que conectarte con el consumidor en tiempo real, éste se conectará con otros consumidores y compartirá su experiencia sobre el producto. Si vendes algo bueno, se creará una demanda global inmediata”, dice Müller, fundador de la empresa TrendOne.
Habrá tantas personas en el mundo creando y comunicando al mismo tiempo que la innovación resultará de una red global de conocimiento y las megacorporaciones con cientos de miles de empleados tenderán a desaparecer.
La nueva era exige flexibilidad y, según Müller, las grandes compañías no podrán adaptarse tan rápido al cambio, porque tienen estructuras difíciles de modificar. En contraste, las empresas del futuro se inclinarán por trabajar con redes.
Internet vive la evolución futurista. Bastarán unos años para que 80% de la población utilice la web 4.0, que funciona a partir de lo que la plataforma de software conoce con base en los hábitos del usuario.
En la web 2.0, el contenido lo determina el cibernauta; en el nivel 3.0, los usuarios participan en mundos virtuales, como Second Life.
En la web 4.0, los internautas podrán migrar de vuelta al mundo real. Nunca perderán el contacto y encontrarán ‘virtualidad’ fuera de internet.
Las personas harán su lista del supermercado de manera virtual y recibirán el pedido en la puerta de su casa. Los negocios que utilicen agentes virtuales, respaldados por personas reales, serán los más exitosos, anticipa el futurólogo.
Müller prevé que la tecnología se masificará y en unos años no costará nada y estará disponible para todos. Nada frenará sus pronósticos, sólo el caos natural, que es lo único que el ser humano no puede controlar.

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